El rosarino Monzón casi juega en San Jerónimo y de ahí se fue a Boca

Esta noche pelea Monzón ( Diario Olé)
En el inicio del ciclo de Ischia, hará su debut de 3 un pibe que se hizo de abajo y que hasta tuvo a una mujer como entrenadora.
HORACIO GARCIA hgarcia@ole.com.ar

Su documento dice que se llama Luciano Fabián Monzón. Sin embargo, para todos es simplemente Fabián. "No se por qué no me llaman Luciano. En mi casa siempre me llamaron Fabián. ¡Y me gusta!". Nació en Santa Fe, cerca de Rosario, pero no tiene nada que ver con Carlos, el más famoso de los Monzón, que hizo historia arriba del ring. El también la tuvo que pelear, y desde chiquito. Y esta noche, en el inicio del ciclo Ischia, va a cumplir un gran sueño: debutar en la Primera del club que lleva en el corazón. "Siempre fui hincha de Boca. Toda mi familia también. Y somos demasiados, eh. El problema es que todos mis cuñados, aunque parezca increíble, son de River. Pero les ganamos la pulseada porque mis sobrinos, que son 17, son refanáticos de Boquita", dice con voz baja pero mostrando orgullo. Creció en el Barrio Parque Casas de Rosario y siempre tuvo como única diversión una pelota pegada a su pie izquierdo. Sus inicios fueron en el baby de Defensores de América, en cancha de once probó fortuna en Argentino de Rosario y en Agua y Energía, ambos de Rosario. Pero el fútbol le traería una sorpresa inesperada: "Me salió una chance de ir a jugar a un club del campo, San Jerónimo, de la Liga Cañadense, pero no llegué a debutar, porque un día me ofrecieron una prueba en Boca. No lo podía creer pero era cierto. Me vine volando, me rompí todo en las prácticas y por suerte quedé", recuerda. —¿Cómo estás viviendo estas horas previas al debut en Mar del Plata?—Estoy viviendo un sueño increíble. Todo me llegó muy rápido y deseo hacer un buen partido. Hoy comparto un entrenamiento con Riquelme, al que siempre admiré, y la sensación es maravillosa. Lo mismo con el resto de los muchachos. Todos me recibieron bárbaro. Pero Palacio y Neri (Cardozo) son los más compinches. Además, con el grupo de los más pibes, que nos conocemos de Casa Amarilla y de los partidos de juveniles, estamos todo el día juntos tratando de apoyarnos. —Definite como jugador.—El Profe Borzi (Carlos, PF Reserva) siempre me dice que me parezco a Gabriel Heinze. Yo ni siquiera veo un video mío de cuando juego. Es difícil decirlo, pero creo que soy un marcador fuerte, rápido, con buen juego aéreo y desde chiquito saco ventaja con un buen golpe de zurda.—¿Cuáles son tus espejos en el fútbol?—Como hincha de Boca siempre admiré al Vasco Arruabarrena. Nunca se guardaba nada y vivía concentrado los noventa minutos. Ese es mi modelo a imitar. También me gusta mucho Sorín, por su entrega y por su técnica. Monchi, como todos lo conocen, habla de su familia y se emociona. "Rodolfo, mi viejo, fue empleado municipal y está a punto de jubilarse por invalidez, porque tuvo un accidente en una pierna y muchas operaciones. Mi mamá se llama Adelaida y es la que lleva adelante la casa. Además tengo cinco hermanas (Patricia, Silvia, Roxana, Silvana y Silvina) y dos hermanos (Rodolfo y Hernán). Siempre tengo presente lo mal que se ponía mi papá porque no podía ponerse a patear conmingo. Sé que tengo que ganarme un lugar para poder ayudarlos". Curiosa su historia, ya que Fabián no es el único que se destaca en el fútbol. "Mis cinco hermanas jugaron al fútbol y muy bien. Hasta mi mamá se enganchaba y jugaba de arquero en los torneos del barrio. Por desgracia ninguna salió zurda como yo, je. A veces yo iba a jugar a la pelota y ellas venían conmigo", repasa el debutante. —En Inferiores jugaste en distintas posiciones.—Soy polifuncional, jaja. Empecé como volante por izquierda, luego fui enganche y después me tiraron atrás. A Boca llegué como marcador central y me hicieron marcador de punta. Me siento cómodo en la posición, porque puedo pasar bastante al ataque y aprovechar mi pegada.—¿Cuáles son los técnicos que más te marcaron en tu formación?—De todos se aprenden cosas. Pero me marcó mucho Mónica Caruso, mi técnica desde los 6 hasta los 11 años. No me preguntes su edad porque a ella no le gusta, ja. Sus charlas eran muy ricas. Y, cuando se enojaba, nos retaba y mucho. Ya en Boca me ayudó mucho Marcelo Romano, porque no tenía la posibilidad de jugar y él me pedía que no perdiese la calma, que ya tendría mi chance. Hoy me doy cuenta de que tenía razón.—¿Ya jugaste en la Bombonera?—Sí, con la Reserva. Es una sensasión que no se puede explicar. Mi primer partido fue contra Belgrano y la verdad es que tenía ganas de llorar por la emoción que sentía. —Se te nota tranquilo, ¿siempre sos así?—Afuera de la cancha soy tranquilo y trato de ser igual en los partidos. Ahora si me toca estar en un partido caliente, tendré que estar caliente pero sin perder los límites. Vamos a ver qué pasa con Independiente.—¿En qué mejoraste últimamente?—Antes no era de hablar mucho. Y eso me lo hicieron notar. Por eso, ahora lo hago, hablo más. Abel Alves (técnico de la Reserva) siempre me pidió que tratara de ordenar a los compañeros y pienso que me estoy soltando.—Está claro que el de esta noche será el primer paso de un camino duro.—La verdad que me costó bastante esfuerzo llegar hasta acá. Mi familia y yo hicimos un gran sacrificio. Pero la gente del fútbol juvenil del club ya me habló, todos me dijeron que a partir de ahora tengo que esforzarme el doble. Si uno quiere ganarse un lugar en el fútbol no se debe regalar nada.Esta noche, en Mar del Plata, pelea Monzón.
Agradecemos a Eduardo Barzanti por enviarnos el mail
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