Rentistas, un cuento uruguayo: cómo salir campeón contra los gigantes con un técnico que por las tardes es escribano
na frase, de puño y letra del entrenador, ilustró el desafío: "Tenemos la hermosa oportunidad de hacer historia". El pizarrón es el habitual espacio que utilizan los directores técnicos para repasar con flechas hacia arriba, abajo o en diagonal los movimientos tácticos del equipo, también para refrescar datos acerca de la distribución de las marcas en las jugadas de pelota parada y hasta cómo es el orden en el que se deben posicionar los jugadores en una barrera. En el vestuario del estadio Centenario, de Montevideo, donde se preparó un modesto plantel de fútbol para jugar el partido más importante de los 87 años del club, no se necesitaban directivas de juego ni tácticas, sólo faltaba un último empujón espiritual para convertirse en héroes. Alejandro Cappuccio, el entrenador, fue quien dejó el mensaje claro y contundente; del resto se encargaron los protagonistas en el campo de juego y Rentistas construyó con justicia y esfuerzo su obra cumbre: gritó por primera vez campeón al ganar el torneo Apertura, después de derrotar en el partido desempate a Nacional.
El barrio montevideano de Cerrito de la Victoria se iluminó con los fuegos de artificio, se llenó de gritos de alegría, de lágrimas y de emoción. Antes, en la sede, ese espacio que cumple una función social, los chicos jugaron al metegol, mientras los mayores caminaron con nerviosismo mientras observaban las imágenes de las formaciones destacadas de los Bichos Colorados que cuelgan de las paredes o recordaban quienes habían conquistado los trofeos que engalanan la modesta vitrina.
El técn
ico, el escribano
"Soy escribano y abogado, preparador físico y director técnico de la Primera División del Club Atlético Rentistas", reza en la cuenta de Twitter de Cappuccio, el conductor del sueño. "Con mucha pasión y con mucho amor", comenta a quienes le consultan cómo hace para desarrollar las tareas en paralelo, esas que por la mañana lo ocupan con el club y por la tarde, con el notariado. La vuelta de Rentistas a la elite se demoró más de lo imaginado -descendió en 2016- y para el estreno el fixture le ofreció una prueba de carácter: Nacional, el campeón defensor. Y fue victoria 2-0, con rigor defensivo y un juego veloz como credenciales. Sería el inicio de una fantasía que en el Centenario y frente al mismo rival se convirtió en realidad.
"Si me llama Nacional me cambia la vida, como a cualquier ciudadano. Lamentablemente los técnicos somos descartables, eso no me preocupa. Me preparé toda la vida para cumplir sueños y este es uno de ellos", dijo Cappuccio al programa 100% Fútbol, de Sport 890. Para entonces ya se habían secado las lágrimas de emoción, después de que Vega empalmara con el pie izquierdo el centro de Rodales y marcara el 1-0 apenas comenzado el tiempo suplementario. Las que afloraron otra vez cuando el capitán levantó la copa de campeón y se hicieron incontenibles al momento que todo el grupo lo lanzó al aire una y otra vez durante el festejo.
Invicto ante los grandes -con Peñarol empató 2-2, después de estar dos goles abajo en el marcador-, se repuso de la salida de su mejor jugador -el juvenil Cristian Olivera (18 años) fue transferido a Almería hace un mes-, el gigante en la final del torneo Apertura del fútbol uruguayo fue Rentistas. El equipo cumplió un sueño y Cappuccio, después de los festejos, lo reflejó en el pizarrón: "Hicimos historia".
FUENTE: LA NACION
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